sábado, 15 de mayo de 2010

Israel Jiménez Emán escribió sobre la exposición pictórica "Imágenes Quebradas" de e.j.emán en el Museo "Carmelo Fernández" de Yaracuy (Dic. 2008).

"La plástica es un gran gesto que fluye obsesivo hacia el eterno drama del vacío. Pero primero hay que visitar la nostalgia que hay en una hoja de olivo, pisar de verdad en la mugre de las aceras, para poder sentir que el miedo se desplaza imperceptible hacia el dolor o el éxtasis, desde el íntimo color que cada ojo ve, que cada objeto causa en cada ojo(...).

Una obra plástica que no invite a callar es cualquier otra cosa. Este trabajo de Ennio convoca un silencio que provoca a los gritos interiores más profundos. Desde un homenaje a Tápies, Ennio pinta desde sí, desde el desparpajo y la falsa pose de la figura y el dogma, desde el escandaloso o brillante silencio de las agitadas o lúgubres ciudades y pueblos con los que cada quien carga. ¿Acaso dudamos que hay música en lo insignificante? En una brocha amarilla se despierta el recuerdo más azul y más profundo de una serenata que anuncia el sol en un pedazo de ventana que luego de estar casi un siglo esperándola en una bocacalle, fue removida y lanzada a ese particular olvido que las casas viejas suelen mostrar. Un trozo de ventana olvidada pasa a ser un escudo que representa una fuerza a través de un objeto y dos colores que persiguen la emoción de un acorde al amanecer.

Ennio ha visto desmaquillada a la plástica toda su vida porque vive con ella. No permite que cualquiera venga a manoseársela desde la comodidad de la crítica intelectual con sombra de eunuco, esos de segunda mano a los que no perdona Steiner. Superadas las trampas de las vanguardias y todas esas modas y tendencias de las que vive el poder, Ennio se ve en la necesidad de entregar al ojo del ciudadano común que disfrute del silencio".

No hay comentarios:

Publicar un comentario